martes, 30 de diciembre de 2014

"Esto también pasará" Cuento

"Esto también pasará"


Hubo una vez un rey que dijo a los sabios de la corte:

- Me estoy fabricando un precioso anillo. He conseguido uno de los mejores diamantes posibles. Quiero guardar oculto dentro del anillo algún mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación total, y que ayude a mis herederos, y a los herederos de mis herederos, para siempre. Tiene que ser un mensaje pequeño, de manera que quepa debajo del diamante del anillo.


Todos quienes escucharon eran sabios, grandes eruditos; podrían haber escrito grandes tratados, pero darle un mensaje de no más de dos o tres palabras que le pudieran ayudar en momentos de desesperación total...


Pensaron, buscaron en sus libros, pero no podían encontrar nada.El rey tenía un anciano sirviente que también había sido sirviente de su padre. La madre del rey murió pronto y este sirviente cuidó de él, por tanto, lo trataba como si fuera de la familia. El rey sentía un inmenso respeto por el anciano, de modo que también lo consultó. Y éste le dijo:-No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje. Durante mi larga vida en palacio, me he encontrado con todo tipo de gente, y en una ocasión me encontré con un místico. Era invitado de tu padre y yo estuve a su servicio. Cuando se iba, como gesto de agradecimiento, me dio este mensaje –el anciano lo escribió en un diminuto papel, lo dobló y se lo dio al rey-. Pero no lo leas –le dijo- manténlo escondido en el anillo. Abrelo sólo cuando todo lo demás haya fracasado, cuando no encuentres salida a la situación-Ese momento no tardó en llegar. El país fue invadido y el rey perdió el reino. Estaba huyendo en su caballo para salvar la vida y sus enemigos lo perseguían. Estaba solo y los perseguidores eran numerosos. Llegó a un lugar donde el camino se acababa, no había salida: enfrente había un precipicio y un profundo valle; caer por él sería el fin. Y no podía volver porque el enemigo le cerraba el camino. Ya podía escuchar el trotar de los caballos. No podía seguir hacia delante y no había ningún otro camino...
De repente, se acordó del anillo. Lo abrió, sacó el papel y allí encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso:


Simplemente decía “ESTO TAMBIEN PASARA”.
Mientras leía “esto también pasará” sintió que se cernía sobre él un gran silencio. Los enemigos que le perseguían debían haberse perdido en el bosque, o debían haberse equivocado de camino, pero lo cierto es que poco a poco dejó de escuchar el trote de los caballos.
El rey se sentía profundamente agradecido al sirviente y al místico desconocido. Aquellas palabras habían resultado milagrosas. Dobló el papel, volvió a ponerlo en el anillo, reunió a sus ejércitos y reconquistó el reino. Y el día que entraba de nuevo victorioso en la capital hubo una gran celebración con música, bailes... y él se sentía muy orgulloso de sí mismo.
El anciano estaba a su lado en el carro y le dijo:
-Este momento también es adecuado: vuelve a mirar el mensaje.
-¿Qué quieres decir? –preguntó el rey-. Ahora estoy victorioso, la gente celebra mi vuelta, no estoy desesperado, no me encuentro en una situación sin salida.
-Escucha –dijo el anciano-: este mensaje no es sólo para situaciones desesperadas; también es para situaciones placenteras. No es sólo para cuando estás derrotado; también es para cuando te sientes victorioso. No es sólo para cuando eres el último; también es para cuando eres el primero.
El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: “Esto también pasará”, y nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba, pero el orgullo, el ego, había desaparecido. El rey pudo terminar de comprender el mensaje. Se había iluminado.
Entonces el anciano le dijo:


-Recuerda que todo pasa. Ninguna cosa ni ninguna emoción son permanentes. Como el día y la noche, hay momentos de alegría y momentos de tristeza. Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza porque son la naturaleza misma de las cosas.

viernes, 12 de diciembre de 2014

LA NAVIDAD - ROSA MONTERO


Por las fechas navideñas procuro pasar de puntillas. A mí me huelen un poco a hipocresía, aunque de buen corazón. Me encantaría que el espíritu navideño, ese que nace en unos grandes almacenes en el mes de noviembre y muere con la tarjeta de crédito, durara todo el año. Porque el amor, la felicidad, los buenos sentimientos, deberían vivir siempre entre nosotros. Porque potenciarlos debería  ser lo natural y no lo extraordinario. Por los que faltan, que dejan una silla vacía en la cena de Nochebuena  y muchos corazones huecos el resto del año. Por todo eso, paso de puntillas por estos días y proclamo un espíritu navideño mucho más duradero, con pilas de esas que siguen y siguen…
Si te gusta la Navidad, te deseo que la disfrutes como un niño. Si, por el contrario, como yo, la miras de reojo, te deseo que, al menos, te traiga buenos momentos. Podemos buscar en ella sus bondades, que también las tiene y olvidarnos de sus miserias.
A todos: ¡Que vuestros sueños se cumplan!

 

domingo, 23 de noviembre de 2014

EL MISTERIO DE LA VIDA - PePe ARIAS



EL MISTERIO DE LA VIDA

Poema
 
 
No hay cosas para mirar
ojos que no quieren ver
Aunque las puedan mirar
ellos no las van a ver
Pájaro ciego no ve
por mas que quiera mirar
aunque sí pueda volar
Cuántos años tiene un mes
cuántas semanas un día
cuántas frutas tú recoges
de una sola semilla
Todos podemos contar
cuántas semillas contiene
el corazón de una fruta
pero nadie a ciencia cierta
podrá saber cuántas frutas
encierra una semilla
Toda la ciencia del hombre
matemática incluida
no tiene aún la respuesta
al misterio de la vida

PePe ARIAS (José de Arias Martínez)

viernes, 10 de octubre de 2014

Parábola del amor

Parábola del amor

"Te moldearé", le dijo el hacha al pedazo de hierro mientras descendía con toda su fuerza sobre uno de sus costados.
Pero a cada golpe que le daba iba perdiendo su filo, hasta que después de un rato aquella herramienta no pudo más, había quedado completamente obtusa.
"Déjenmelo a mí", repuso el serrucho mientras clavaba sus dientes en el pedazo de hierro, los cuales fueron desapareciendo uno por uno.
"Yo me encargaré de modelarlo", profirió con arrogancia el martillo, mientras se burlaba de sus compañeros que habían fracasado.  Pero después de varios golpes se le quebró el mango y se le desprendió la cabeza.
"¿Me permiten probar?, inquirió humildemente una pequeña llama. Los tres se rieron a carcajadas, pero se lo permitieron porque estaban convencidos de que también iba a fracasar. Sin embargo, aquella llamita cubrió el pedazo de hierro; no se desprendió de él, lo abrazó y lo abrazó hasta volverlo blando y darle la figura que quería.
Aquella pequeña llama logró lo que las otras tres poderosas herramientas no pudieron alcanzar. Así es el amor.
Hay en el mundo corazones tan duros que pueden resistir los hachazos de la ira, los dientes del encono, y los golpes de orgullo y del rechazo, pero por más severo que sea el corazón de la persona, no podrá resistir los embates del amor; porque el amor es la fuerza más poderosa de este mundo.
*Desconozco el autor*

jueves, 9 de octubre de 2014

domingo, 5 de octubre de 2014

EL elogio - Dale Carnegie

 
 
"El elogio es como la luz del sol para el espíritu humano,
 no podemos florecer y crecer sin él"...
 Y aún así todos estamos siempre listos para aplicar a la gente
el viento frío de la crítica,
y siempre sentimos cierto desgano cuando se trata de darle a nuestro prójimo la luz cálida del elogio. Al recordar mi vida, 
puedo ver ocasiones en que unas pocas palabras de elogio cambiaron mi porvenir entero. 
La historia está llena de ejemplos de la magia del elogio.
 Hace tiempo, un niño de diez años trabajaba en una fábrica de Nápoles. Anhelaba ser cantante, pero su primer maestro lo desalentó.
 Le dijo que no podría cantar jamás, que no poseía buena voz, que tenía el sonido del viento en las persianas.
 Pero su madre, una campesina humilde, lo abrazó y ensalzó diciéndole que ella sabía que cantaba bien, que ya notaba sus progresos, 
y anduvo descalza mucho tiempo a fin de economizar el dinero necesario para las lecciones de música de su hijo.
 Los elogios de aquella campesina, sus palabras de aliento, cambiaron la vida entero de aquél niño. Quizás hayas oido hablar de él. 
Se llamaba Enrico Caruso. 
Fue el más famoso y el mejor cantante de ópera de su tiempo.
Escritor Norteamericano

miércoles, 1 de octubre de 2014

Video ¿ Cambiamos el chip y bailamos?The Jive Aces present: Bring Me Sunshine

¿ Cambiamos el chip y bailamos?; Si apagásemos el televisor, la radio, si dejásemos de leer los periódicos por un tiempo, seguro que nuestra vida seria diferente. Simplemente nuestra vida pasaría a ser solo la nuestra. Si dejásemos de escuchar las malas noticias, si nos importasen un bledo los mercados, si dejásemos de ser solo consumidores para ser solo seres humanos. Si en vez de escuchar las noticias escuchásemos música
 ¿ no seria todo un poquito mejor? Ver este video :

lunes, 22 de septiembre de 2014

El valioso tiempo de los maduros - Mario de Andrade

El valioso tiempo de los maduros


“Conté mis años y descubrí, que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante, que el que viví hasta ahora…
Me siento como aquel chico que ganó un  paquete de golosinas: las primeras las comió con agrado, pero, cuando percibió que quedaban pocas, comenzó a saborearlas profundamente.
Ya no tengo tiempo para reuniones  interminables, donde se discuten estatutos, normas, procedimientos y reglamentos internos, sabiendo que no se va a lograr nada.
Ya no tengo tiempo para soportar absurdas personas que, a pesar de su edad cronológica, no han crecido.
Ya no tengo tiempo para lidiar con mediocridades.
No quiero estar en reuniones donde desfilan egos inflados.
No tolero a maniobreros y ventajeros.
Me molestan los envidiosos, que tratan de desacreditar a los más capaces, para apropiarse de  sus lugares, talentos y logros.
Detesto, si soy testigo, de los defectos que genera la lucha por un majestuoso cargo.

Las personas no discuten contenidos, apenas los títulos.
Mi tiempo es escaso como para discutir títulos.
Quiero la esencia, mi alma tiene prisa…
Sin muchas golosinas en el paquete…
Quiero vivir al lado de gente humana, muy humana.
Que sepa reír, de sus errores.
Que no se envanezca, con sus triunfos.
Que no se considere electa, antes de hora.
Que no huya, de sus responsabilidades.
Que defienda, la dignidad humana.
Y que desee tan sólo andar del lado de la verdad y la honradez.
Lo esencial es lo que hace que la vida valga la pena.
Quiero rodearme de gente, que sepa tocar el corazón de las personas…
Gente a quien los golpes duros de la vida, le enseñó a crecer con toques suaves en el alma.
Sí… tengo prisa… por vivir con la intensidad que sólo la madurez puede dar.
Pretendo no desperdiciar parte alguna de las golosinas que me quedan…
Estoy seguro que serán más exquisitas que las que hasta ahora he comido.
Mi meta es llegar al final satisfecho y en paz con mis seres queridos y con mi conciencia.
Espero que la tuya sea la misma, porque de cualquier manera llegarás…”

Mario de Andrade

domingo, 7 de septiembre de 2014

En busca del lugar - Rosa Montero



“Hay unos pececillos minúsculos que se dedican a comerse las piltrafas de carne podrida que los peces más grandes tienen dentro de la boca; porque al buscarse el alimento o al pelearse, esos peces mayores se hacen heridas entre los dientes; y si no existieran esas criaturas ínfimas que les mordisquean y les limpian, las infecciones acabarían con ellos.
Para mantenerse pulcros y aseados, pues, cada cierto tiempo esos pescados gordos abren la bocaza y permiten que unos pescadillos que normalmente serían su aperitivo deambulen por el interior de sus fauces durante largo rato, arrancándoles pedacitos de carne y haciéndoles ver previsiblemente las estrellas. Pero el pez grande se aguanta y se comporta, y repite el ritual una vez al mes o cosa así sin dañar jamás al invitado.
Para mí, lo más asombroso de esta asombrosa historia radica en el acuerdo tácito de ambos para reconocerse en lo que son. Es decir, el bicho grande sabe que el pequeño no es un bocado nutritivo, sino su dentista; Y el pececillo estomatólogo es capaz de contrarrestar su pánico innato a ser devorado y de introducirse entre los colmillos de un depredador con la rara intuición de que no va a acabar convertido en merienda, sino que, por el contrario, va a poder merendar él tan ricamente de la paciente boca del monstruo caníbal.
Ese acuerdo, tan provechoso para ambos, se basa en el reconocimiento instantáneo del lugar del otro. Siempre me ha fascinado la cristalina y precisa claridad con que los animales se contemplan unos a otros. Tienen una percepción estable e inmediata de lo que el otro es para sus vidas, así como de lo que ellos son para el contrario. Y así, las criaturas salvajes disciernen enseguida si lo que tienen enfrente es un depredador o una presa comestible, o la pareja para el apareamiento, o un rival territorial, o un compañero de caza, o el dentista que te va a mordisquear esa carne podridilla de los mofletes. Se miran y se miran mutuamente, y cada uno conoce su lugar respecto al otro. De esa sabiduría nacen las reglas del juego, el equilibrio.
Los humanos también somos animales, cosa que olvidamos con excesiva frecuencia; pero somo unos animales tan inteligentes que nos hemos quedado medio tontos. Como especie tenemos unas características inciertas: hemos perdido la llave de la sabiduría instintiva, pero la urgencia de ese confuso instinto sigue creándonos conflictos con la razón. Todo esto se traduce, precisamente, en la pérdida del lugar propio. No sabemos quiénes somos, ni quiénes son los otros, ni cómo relacionarnos mutuamente. Nos corroe el desasosiego de ignorar cómo nos ven los demás y desde qué mirada. Imaginamos que somos unos y deseamos ser otros, y al final de tanta ensoñación ya no podemos reconocernos. Hay una inquietud básica en el ser humano ante la propia identidad, una intuición de encierro dentro de un cuerpo equivocado. Tal vez nos desconcierte seguir siendo animales y no saberlo.
A medida que envejezco voy valorando más y más el descubrimiento del propio lugar como medida de la madurez, como conquista fundamental de la sabiduría vital. Ese lugar no es un espacio público, es decir, no tiene nada que ver con el éxito social. Es un sitio interior, algo así como una ligereza en la asunción de todas las capas de lo que uno es, aquellas que sé nombrar y aquellas para las que no tengo ni tendré nunca palabras. Es ese espacio íntimo desde el que no necesito preguntarme quién soy, ni representarme para los demás. Un lugar de serenidad probablemente inalcanzable desde el que se deben de entender los secretos de la muerte y de la vida.”
Rosa Montero

martes, 5 de agosto de 2014

"EN EL DESIERTO NO HAY ATASCOS"


 ESTA ES UNA ENTREVISTA DE VICTOR M AMELA A: MOUSSA AG ASSARID, EL AUTOR DEL LIBRO "EN EL DESIERTO NO HAY ATASCOS" ES DE LA ETNIA TUAREG, (Nació alrededor de1975 en un campamento nómada entre Tombuctú y Gao, Malí, norte). LA MÚSICA ES: EL SONIDO DEL SILENCIO POR GHEORGHE ZAMFIR

EN EL DESIERTO NO HAY ATASCOS - MOUSSA AG ASSARID. avi

viernes, 25 de julio de 2014

QUE SUERTE HE TENIDO DE NACER - ALBERTO CORTEZ


QUE SUERTE HE TENIDO DE NACER

Qué suerte he tenido de nacer,
para estrechar la mano de un amigo
y poder asistir como testigo
al milagro de cada amanecer.

Qué suerte he tenido de nacer,
para tener la opción de la balanza,
sopesar la derrota y la esperanza
con la gloria y el miedo de caer.

Qué suerte he tenido de nacer,
para entender que el honesto y el perverso
son dueños por igual del universo
aunque tengan distinto parecer.

Qué suerte he tenido de nacer,
para callar cuando habla el que más sabe,
aprender a escuchar, ésa es la clave,
si se tiene intenciones de saber.

Qué suerte he tenido de nacer,
y lo digo sin falsos triunfalismos,
la victoria total, la de uno mismo,
se concreta en el ser y en el no ser.

Qué suerte he tenido de nacer,
para cantarle a la gente y a la rosa
y al perro y al amor y a cualquier cosa
que pueda el sentimiento recoger.

Qué suerte he tenido de nacer,
para tener acceso a la fortuna
de ser río en lugar de ser laguna,
de ser lluvia en lugar de ver llover.

Qué suerte he tenido de nacer,
para comer a conciencia la manzana,
sin el miedo ancestral a la sotana
ni a la venganza final de Lucifer.

Pero sé, bien que sé...
que algún día también me moriré.
Si ahora vivo contento con mi suerte,
sabe Dios qué pensaré cuando mi muerte,
cuál será en la agonía mi balance, no lo sé,
nunca estuve en ese trance.

Pero sé, bien que sé...
que en mi viaje final escucharé
el ambiguo tañir delas campanas
saludando mi adiós, y otra mañana
y otra voz, como yo, con otro acento,
cantará a los cuatro vientos...

Qué suerte he tenido de nacer.

Letra: Alberto Cortez
Música: Alberto Cortez

http://www.albertocortez.com/

martes, 8 de julio de 2014

Video: Sueños perdidos - Poema - Eduardo Baqueiro





"Sueños perdidos" es un bellísimo poema del autor brasileño Eduardo Baqueiro,www.eduardobaqueiro.com.br/‎, sus versos contienen muchas preguntas que se hace a sí mismo y a toda la humanidad sobre el porqué de no poder realizar ninguno de los sueños de la infancia... Realista y conmovedor para hacernos reflexionar, la música es de Raúl Di Blasio:"Fantasía" y las imágenes de Internet.-

martes, 10 de junio de 2014

MOMENTOS VACIOS.- OSHO

 
Las actitudes son nuestras creaciones, son nuestros prejuicios, nuestras invenciones. La vida no es creada por nosotros; al contrario, nosotros somos sólo ondas en el lago de la vida. ¿Qué clase de actitud puede tener una ola con respecto al océano? ¿Qué tipo de actitud puede tener una hoja de hierba hacia la Tierra, la Luna, el Sol o las estrellas?

 Todas las actitudes son egoístas, todas las actitudes son estúpidas. La vida no es una filosofía, no es un problema; es un misterio. Tienes que vivirla, no de acuerdo a cierto patrón de conducta, no de acuerdo a un condicionamiento, de acuerdo con lo que te han contado sobre ella. Tienes que empezar de nuevo, desde cero.

 No me interesa saber lo que haces para vivir. Quiero saber cuál es tu dolor y si estás dispuesto a soñar para encontrar el anhelo de tu corazón. No me interesa saber qué edad tienes. Quiero saber si arriesgarás parecer un tonto, por amor, por tus sueños, por la aventura de estar vivo.

 No me interesa saber que planetas circundan tu luna. Quiero saber si has tocado el centro de tu propia tristeza, si has estado abierto a las traiciones de la vida o si te has vuelto marchito y cerrado por miedo a más dolor! Quiero saber si te puedes sentar con el dolor, tuyo o mío, sin moverte para esconderlo, disminuirlo o arreglarlo. Quiero saber si puedes estar con la alegría, tuya o mía y si puedes bailar libremente y dejar que el éxtasis te llene desde las puntas de los dedos de tus manos y hasta los pies, sin advertirnos ser cuidadosos o realistas o recordar las limitaciones de ser humano.

  Quiero saber si te puedes levantar después de una noche de dolor y No me interesa si la historia que me cuentas es cierta. Quiero saber si puedes desilusionar a otros por ser sincero contigo mismo; si puedes soportar la acusación de la traición, sin traicionar tu propia alma. Quiero saber si puedes ser fiel y por lo tanto ser digno de confianza. Quiero saber si puedes ver la belleza, aún cuando cada día no sea hermoso… Quiero saber si puedes vivir el fracaso, tuyo o mío. Y aún así, pararte en la orilla de un lago y gritarle a la luna plateada… ¡Si! 

 No me interesa saber dónde vives, o cuánto dinero tienes, 
Quiero saber si te puedes levantar después de una noche de dolor y desesperación, abatido hasta los huesos, y hacer lo que necesita ser hecho para los niños. No me interesa saber quién eres, o cómo llegaste aquí. Quiero saber si te puedes parar conmigo en el centro del fuego y no retroceder. No me interesa dónde, qué, o con quién has estudiado. Quiero saber si te sostienes desde adentro cuando todo se cae a tu alrededor. Quiero saber si puedes estar solo contigo mismo. Y si verdaderamente disfrutas la compañía que mantienes en tus momentos vacíos.

 OSHO

miércoles, 28 de mayo de 2014

El Miedo Global - Eduardo Galeano


Los que trabajan tienen miedo de perder el trabajo.
Los que no trabajan tienen miedo de no encontrar nunca trabajo.
Quien no tiene miedo al hambre, tiene miedo a la comida.
Los automovilistas tienen miedo de caminar 
y los peatones tienen miedo de ser atropellados.
La democracia tiene miedo de recordar 
y el lenguaje tiene miedo de decir.
Los civiles tienen miedo a los militares, 
los militares tienen miedo a la falta de armas, 
las armas tienen miedo a la falta de guerras.
Es el tiempo del miedo.
Miedo de la mujer a la violencia del hombre 
y miedo del hombre a la mujer sin miedo.
Miedo a los ladrones, miedo a la policía.
Miedo a la puerta sin cerradura, al tiempo sin relojes,
 al niño sin televisión, miedo a la noche sin pastillas para dormir 
y miedo al día sin pastillas para despertar.
Miedo a la multitud, miedo a la soledad, miedo a lo que fue 
y a lo que puede ser, miedo de morir, miedo de vivir.

Eduardo Galeano

lunes, 26 de mayo de 2014

Si yo pudiera - Poema:Fernando Pessoa





    Si yo pudiera morder la tierra toda
    Y sentirle el sabor
    Sería más feliz por un momento.


    Pero no siempre quiero ser feliz
    Es necesario ser de vez en cuando infeliz
    Para poder ser natural.


    No todo es días de sol y la lluvia,
    Cuando falta mucho, se pide.


    Por eso tomo la infelicidad con la felicidad
    Naturalmente, como quien no se extraña
    De que existan montañas y planicies
    De que haya rocas y hierbas.


    Lo que es necesario es ser natural y calmado
    En la felicidad o en la infelicidad.


    Sentir como quien mira
    Pensar como quien anda,
    Y, cuando se ha de morir,
    Recordar que el día muere
    Y que el poniente es bello
    Y es bella la noche que queda. 

    Así es y así sea. 

    FERNANDO PESSOA

miércoles, 23 de abril de 2014

VIDEO: EL CANTO DEL JILGUERO - LEYENDA GUARANÍ



ESTA ES UNA LEYENDA GUARANÍ, ESCRITA POR EL AUTOR ESPAÑOL: CARLOS G. VALLÉS: http://www.carlosvalles.com/ SE TRATA DEL JILGUERO, SU HERMOSO CANTO Y UN INDIO QUE LO BUSCÓ POR TODA LA SELVA...EL SONIDO ES "EL CANTO DEL JILGUERO" BELLÍSIMO.

viernes, 11 de abril de 2014

LA MANSEDUMBRE -Por Benito Peral


La mansedumbre es la virtud de los pacíficos. Es valentía sin violencia, fuerza sin dureza. Los pacíficos son contrarios a la guerra, a la agresividad, la brutalidad y la crueldad. Pero no son cobardes, la mansedumbre sólo es virtud si es fuerza. La palabra virtud contiene la raíz 'vir' que es fuerza en latín. Toda virtud es pues fuerza, pero ésta, la mansedumbre, es fuerza apacible. Dicen que la música amansa a las fieras, pero no toda. La paz se percibe al oír a Schubert, y no al oír a Wagner que tanto enardecía a las fieras nazis. La virtud, también se dice, debe estar en el término medio, pero creo que es mejor la imagen de la virtud como cumbre entre dos valles, como punto culminante entre dos precipicios. Pues bien, entre el valle de la cólera irascible y el de la sumisión servil está la cima de la mansedumbre. Pero no
la cima más alta, no es un valor absoluto. Todo valor es relativo, excepto el amor, que es el único valor absoluto. Quiero ser pacífico pero no pacifista, quiero huir de todos los —istas e —ismos, y confieso que creo en el uso de la violencia, cuando se ejerce contra el tirano cruel para salvaguardar al débil e inocente. La mansedumbre es virtud más femenina que masculina. Espero no ser tildado de machista si digo que las mujeres son menos violentas que los hombres. Si la mayoría de los gobiernos del mundo estuvieran en manos de mujeres femeninas habría menos guerras. No creo que sea sólo una cuestión cultural que pueda explicarse con algo tan simple como los juegos infantiles de las pistolas y las casitas. Y en todo caso, qué más da que sea cultural o natural, si todos somos bio-psico-sociales, cuturonaturales o naturoculturales. Sé que estoy con Rilke cuando decía que la mujer está más cerca de lo humano que el hombre. De guerras y de ideologías suelen hablar los hombres más que las mujeres, pareciera que las mujeres se dejan engañar menos por las ideas. A ninguna, dice André Compte-Sponville, se le hubiera ocurrido escribir una obra como la Crítica de la Razón Pura, ni una Lógica aristotélica, ni La cuádruple raíz del principio de razón suficiente. Libros geniales, pero llenos de fríos conceptos y aburridísimas abstracciones. En la mujer mandan más los sentimientos y el corazón que los conceptos y la cabeza. Si queréis ver la mansedumbre en toda su grandeza mirad a una madre amamantando a su bebé. La mansedumbre hace más humana a la humanidad.


miércoles, 2 de abril de 2014

sábado, 29 de marzo de 2014

"Educación para la esclavitud" - Juan Manuel de Prada


Educación para la esclavitud

Recordemos la célebre frase de Jean-François Revel: «La tentación totalitaria, bajo la máscara del demonio del Bien, es una constante del espíritu humano». Todas las ideologías totalitarias que en el mundo han sido aspiran a crear, bajo esa máscara de bondad, un «hombre nuevo» que se amolde a sus postulados. El ser humano, cada ser humano, posee unos rasgos, querencias y convicciones de índole moral que dificultan la consecución de ese modelo; las ideologías totalitarias, lejos de admitir la pluralidad de sensibilidades que componen la sociedad, tratan de modificarlas mediante la «reeducación», hasta convertirlas en engranajes del sistema. Si algo hermanó al nazismo y al comunismo fue precisamente este propósito de fabricar un «hombre nuevo», en el que el valor intrínseco de la persona era negado en pro de la comunidad. Esta labor de «reeducación» social se presentó, paradójicamente, como una empresa filantrópica. Y esa «máscara del demonio del Bien» fue a la postre la que amparó el derecho de desterrar a los arrabales de la sociedad a categorías enteras de hombres, incluso el derecho a aniquilarlos sin dubitación. Este sueño de construir la sociedad perfecta e imponerla a los demás sigue infectando los regímenes democráticos, bajo estrategias mucho más amables y sibilinas. Un ejemplo palmario de ingeniería social lo representa esa asignatura llamada cínicamente Educación para la Ciudadanía, cuyo objetivo no es otro que imponer un nuevo sistema de valores, presentándolo como un imperativo moral e imprescindible para la existencia de una sociedad cohesionada. Para ello, se impone una «nueva ética» basada en los «nuevos paradigmas»: el nuevo paradigma de familia, el nuevo paradigma de derechos humanos, el nuevo paradigma de género, etcétera. A nadie se le escapa que el adoctrinamiento de las mentes infantiles produce a medio plazo unos opíparos réditos electorales; a nadie se le escapa que todo régimen político que anhela perpetuarse dedica especiales esfuerzos a las tareas de proselitismo y propaganda entre los más jóvenes, pues con ello se asegura un granero de votos. A través de esta asignatura llamada cínicamente Educación para la Ciudadanía, nuestros hijos serán atiborrados de un pienso ideológico que naturalmente no se limitará a incluir unas normas de convivencia cívica, sino que sobre todo se preocupará de imponer una «moral pública» que tuerza y pisotee la moral que los padres, legítimamente, les intentamos transmitir. Y así, por ejemplo, se entonarán las loas del «derecho a elegir libremente la opción sexual», y se les explicarán los muy benéficos logros que deparará la experimentación con embriones, todo ello aderezado con apelaciones a la «recuperación de la memoria histórica» y demás mitologías del Nuevo Régimen. La formación de nuevas generaciones de esclavos está asegurada. Ante tal atropello, los ciudadanos libres -si es que todavía resta alguno -deben actuar enérgicamente. Recordemos las palabras de Henry David Thoreau en su opúsculo Desobediencia civil (1849): «Existen leyes injustas. ¿Debemos conformarnos con obedecerlas? ¿Nos esforzaremos en enmendarlas, acatándolas hasta que hayamos triunfado? ¿O debemos transgredirlas de inmediato? Si la injusticia requiere de tu colaboración, convirtiéndote en agente de injusticia para otros, infringe la ley. Que tu vida sirva de freno para detener la máquina. Lo que debes hacer es tratar por todos los medios de no prestarte a fomentar el mal que condenas». Una ley es injusta cuando conculca derechos ciudadanos y trata de confiscar ese ámbito de libertad personal que corresponde en exclusiva al individuo y que el Estado no puede invadir. Esta asignatura llamada cínicamente Educación para la Ciudadanía nos amenaza con una flagrante invasión de ese ámbito inviolable, ejercida además contra los más débiles e indefensos, que son nuestros hijos. La desobediencia civil será, llegado el momento, un recurso legítimo.

Juan Manuel de Prada

Fuente:

viernes, 28 de febrero de 2014

POR QUÉ LA GENTE NO SE CURA? - Maria de los Ángeles Rodeiro


PORQUÉ  ALGUNAS PERSONAS ESTÁN  SIEMPRE ENFERMAS?

 POR QUÉ LA GENTE NO SE CURA?

 Un medico intuitivo tuvo una perspectiva única sobre por qué las personas no se curan. Él solía pensar que todo el mundo quería ser sanado. Y llegó a la conclusión de que "La sanación es muy poco atractiva" Los impedimentos para la curación incluyen renunciar a vivir en el pasado, dejar de ser víctima, y el miedo al cambio. Dirigir el pensamiento y la energía hacia el pasado desvía la fuerza vital de las células y los órganos que necesitan esa energía para funcionar y sanar. La curación requiere vivir en el presente, recuperando la energía de los traumas y heridas del pasado. Dice que la única razón para alimentar y mantener vivo el pasado es a causa de la amargura de lo que pasó. Negarse a perdonar un evento o a una persona del pasado produce fugas energéticas del cuerpo. El perdón sana estas filtraciones. El perdón no tiene nada que ver con no culpar a otros por las heridas que causaron. Tiene más que ver con "liberarnos de la percepción de víctima". Cuando podemos ver un acto doloroso como parte del proceso de la vida, como un mensaje o un desafío en lugar de una traición personal, la energía vital fluye de vuelta a los circuitos de energía del cuerpo físico. Las personas no se curan porque no se han liberado de la ilusión de ser víctima. Con demasiada frecuencia, la gente obtiene poder con sus heridas porque han encontrado que suscita el apoyo de otros. Las heridas se convierten en un medio de manipular y controlar a los demás. Generalmente, la recuperación requiere hacer cambios en el estilo de vida, medio ambiente, y relaciones. El cambio puede ser aterrador. Es fácil mantenerse en un compás de espera, alegando que uno no sabe qué hacer, pero rara vez es cierto. Cuando estamos en un compás de espera, es porque sabemos exactamente lo que debemos hacer, pero estamos aterrorizados para actuar en consecuencia... El cambio es alarmante, y la espera da sensación de seguridad, cuando la única manera de adquirir ese sentimiento de seguridad es entrar en el torbellino de los cambios y salir por otro lado, sentirse vivo otra vez. La sanación requiere acción. Comer adecuadamente, hacer ejercicio diario, tomar el medicamento adecuado, genera cambios saludables en el físico. Soltar el pasado, dejar puestos de trabajo estresantes o relaciones inadecuadas, son acciones que sostienen la energía del cuerpo. Lo que apoya al uno apoya al otro, porque la energía física y energética están inextricablemente unidas. Incluso el proceso de morir, al que todos nos enfrentamos, puede convertirse en un acto de sanación de viejas heridas que son liberadas resolviendo asuntos pendientes con los seres queridos. 

 Por: Maria de los Ángeles Rodeiro

jueves, 30 de enero de 2014

B E A U T Y - dir. Rino Stefano Tagliafierro - Video

B E A U T Y - dir. Rino Stefano Tagliafierro from Rino Stefano Tagliafierro on Vimeo.

Magnifica tecnica donde se logra dar vida, movimientos sutiles a pinturas..

Con su breve vídeo "Beauty", el director italiano Rino Stefano Tagliafierro toma "una serie de imágenes bien seleccionadas de la tradición de la belleza pictórica" ​​y utiliza el "fuego de la invención digitales" para animar sentimientos perdidos en lienzos inmóviles. En el vídeo de arriba, podrás ver obras de Caravaggio, Vermeer, Rubens y otros ponen en movimiento digital. Una completa  lista de los cuadros incluidos en el video se puede encontrar aquí . Además, hay un tumblr con  GIFs animados de las pinturas. Encuentra más información, incluyendo un manifiesto para el video (en italiano), el de Tagliafierro  sitio web .