Ahora que ya podemos vernos
sin pantallas, nos hemos dado cuenta que no se trata solo de reunirnos,
sino que se hace duro la falta de contacto físico. ¿Quién nos iba a decir
que los abrazos estarían "prohibidos" y que íbamos a echarlos tanto de
menos?
Eleni Kalorkoti Quizá esto te suene. Estás ilusionado porque después de meses sin ver a tus padres que tan asustados y preocupados han estado o a ese amigo que tanto aprecias o a tus compañeras de trabajo con las que has compartido incertidumbre y esfuerzos durante estos tiempos raros, ¡por fin! ha llegado el momento del reencuentro.
Pero cuando llega el momento del cara a cara (por supuesto mascarillas
mediante) aparece un pensamiento que te frena y entristece, "quiero
abrazarte pero no puedo, ¿qué hacemos?". El New York Times publicaba recientemente un artículo para ayudarnos a resolver este dilema al que la
mayoría nos hemos enfrentado en estas últimas semanas.
Vaya por delante que lo más recomendable es evitar los abrazos en
la medida de lo posible. Es importante no abrazar a personas que
pertenezcan a los grupos de riesgo (tendremos tiempo de hacerlo
cuando no suponga poner su salud en peligro), ni si alguno de los dos
tose o tiene síntomas de la enfermedad, aunque no sean personas
mayores o con patologías previas.
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