domingo, 28 de febrero de 2010

EL ANILLO - CUENTO - JORGE BUCAY


EL ANILLO

"Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?".

El maestro sin mirarlo, le dijo:
Cuanto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizás después. Y haciendo una pausa agregó:
Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este problema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.

Encantado, maestro titubeó el joven, pero sintió que otra vez era desvalorizado, y sus necesidades postergadas.

Bien asintió el maestro. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño y dándoselo al muchacho, agregó: toma el caballo que está allá afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Ve y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.

El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo. Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo. En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro y rechazó la oferta.
Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado, más de cien personas, y abatido por su fracaso, montó su caballo y regresó.

Cuanto hubiera deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro, podría entonces habérsela entregado él mismo al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y ayuda.

Entró en la habitación. Maestro dijo lo siento, no pude conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.
Qué importante lo que dijiste, joven amigo contestó sonriente el maestro Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él para saberlo? Dile que quisieras vender el anillo y pregunta cuánto te da por él, pero no importa lo que ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.

El joven volvió a cabalgar. El joyero examinó el anillo a la luz del candil con su lupa, lo pesó y luego le dijo:
Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.

58 MONEDAS !!!!!!!!! Exclamó el joven.
Si, replicó el joyero, yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé... si la venta es urgente.

El joven corrió emocionado a la casa del maestro a contarle lo sucedido.
Siéntate dijo el maestro después de escucharlo. Tú eres como este anillo: una joya valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?

Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño.

Jorge Bucay

Incluido en su libro "Cuentos para Pensar"

sábado, 13 de febrero de 2010

JESSICA COX - TOCANDO EL CIELO SIN BRAZOS


WEB DE JESSICA: http://rightfooted.com/

Jessica nació sin brazos, debido a una rara enfermedad congénita. Como cualquier infante, no entendía por qué no tenía brazos como las demás personas. “Era difícil ser diferente.” Para Jessica, el mayor reto de haber nacido sin brazos eran las constantes miradas, más que la adversidad física. Ella puede manejar un auto, escribir 25 palabras por minuto, secar el pelo, y ponerse maquillaje y lentes de contacto con la mayor facilidad que cualquier otra persona. Jessica con 26 años y 1,55 mts de estatura, es la primera mujer piloto en la historia de la aviación que lo hace sin brazos. Hasta la fecha, ha contabilizado aproximadamente 130 horas de vuelo en solitario.

"A veces el miedo se basa en una falta de conocimientos y de lo desconocido. Cuando empecé a volar, me di cuenta de mi temor era porque yo no sabía mucho sobre esto."

“Hay un miedo universal en la gente, es el temor a la insuficiencia y falta de fe en nosotros mismos"

"Yo no tengo brazos, pero eso no determina hasta donde pueda llegar"

"Nuestro temor más profundo no es que seamos insuficientes, es que somos poderosos más allá de la medida".

“Cuanto mayor es la dificultad, mayor es la gloria.”

Y a ti que te hace falta para “tocar” el Cielo?

Fuente: discapacidadrosario.blogspot.com

jueves, 4 de febrero de 2010

BUENOS AIRES - POEMA - HECTOR GAGLIARDI

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Buenos Aires

(Héctor Gagliardi)

Sol de América latina
sobre el Río de la Plata
para vos la serenata
de tu gente que te admira.
Por eso con tus esquinas
con tus barrios y tus calles
te saludo Buenos Aires,
capital de mi Argentina.

Sos la máquina que avanza
al compás del porvenir,
la cuna de mi sentir
y el norte de mi confianza;
sos la meta que se alcanza
siguiendo la Cruz del Sur,
tu canción es gratitud
y tu bandera de esperanza

Buenos Aires de mi amor
fuiste cielo de mi escuela
"El Nene" de Andrés Ferreira
de mi primero inferior,
la tiza y el borrador,
mi jarrito niquelado,
cuaderno cuadriculado
y el faber número dos.

Fuiste la calle cortada
al lado de la placita,
la quema de mi bolita
y troya de mi billarda,
gambeta de veinte agarra,
mi trompito zumbador
y barrilete cantor
que del cielo me coleaba...

Sos el ayer perfumado
con la astucia del Rusito
la nobleza del Sapito
y la fuerza del pelado
Y ese llorar amargo
cuando se busca afligido
los cinco que se han perdido
por el bolsillo agujereado...

Vos conoces el debut
del primer pantalón largo
de los momentos amargos
que tuve en mi juventud
y de la cruel inquietud
cuando vi que derribaron
la casa en que me acunaron
allá por el barrio sur...

Tus estrellas lo sabían
cuantas veces demoraba
cuando mi novia esperaba
para ver si me quería
de las "peras" que le hacia,
de los celos que inventé
y sabes que le soy fiel
y la quiero todavía...

Buenos Aires de mi amor
como nos cambia la vida
vos la ciudad presumida
y yo... siempre un soñador.
Pero qué importa el dolor
que va enhebrando el recuerdo
nunca lloro lo que pierdo
porque nací jugador.

Por eso cuando te digo
lleva un acento de orgullo
el de saber que soy tuyo
y de que vos sos mi amigo.
Y ponete al lado mío
cuando juegue con la muerte
que de pie con veintisiete
le aguanto la falta envido.

Sos la pitada final
del cigarro que se fuma
sos un barbijo de luna
en un patio de arrabal
sos tango sentimental
que me llena de tristeza
y sos la media cabeza
del Gran Premio Nacional...

Sol de América latina
sobre el Río de la Plata:
te traje la serenata
de tu gente, que te admira,
por eso con tus esquinas,
con tus barrios y tus calles
te saludo, Buenos Aires,
capital de mi Argentina.

http://www.muchotango.com/i/1239294663d.JPG