viernes, 10 de octubre de 2014

Parábola del amor

Parábola del amor

"Te moldearé", le dijo el hacha al pedazo de hierro mientras descendía con toda su fuerza sobre uno de sus costados.
Pero a cada golpe que le daba iba perdiendo su filo, hasta que después de un rato aquella herramienta no pudo más, había quedado completamente obtusa.
"Déjenmelo a mí", repuso el serrucho mientras clavaba sus dientes en el pedazo de hierro, los cuales fueron desapareciendo uno por uno.
"Yo me encargaré de modelarlo", profirió con arrogancia el martillo, mientras se burlaba de sus compañeros que habían fracasado.  Pero después de varios golpes se le quebró el mango y se le desprendió la cabeza.
"¿Me permiten probar?, inquirió humildemente una pequeña llama. Los tres se rieron a carcajadas, pero se lo permitieron porque estaban convencidos de que también iba a fracasar. Sin embargo, aquella llamita cubrió el pedazo de hierro; no se desprendió de él, lo abrazó y lo abrazó hasta volverlo blando y darle la figura que quería.
Aquella pequeña llama logró lo que las otras tres poderosas herramientas no pudieron alcanzar. Así es el amor.
Hay en el mundo corazones tan duros que pueden resistir los hachazos de la ira, los dientes del encono, y los golpes de orgullo y del rechazo, pero por más severo que sea el corazón de la persona, no podrá resistir los embates del amor; porque el amor es la fuerza más poderosa de este mundo.
*Desconozco el autor*

jueves, 9 de octubre de 2014

domingo, 5 de octubre de 2014

EL elogio - Dale Carnegie

 
 
"El elogio es como la luz del sol para el espíritu humano,
 no podemos florecer y crecer sin él"...
 Y aún así todos estamos siempre listos para aplicar a la gente
el viento frío de la crítica,
y siempre sentimos cierto desgano cuando se trata de darle a nuestro prójimo la luz cálida del elogio. Al recordar mi vida, 
puedo ver ocasiones en que unas pocas palabras de elogio cambiaron mi porvenir entero. 
La historia está llena de ejemplos de la magia del elogio.
 Hace tiempo, un niño de diez años trabajaba en una fábrica de Nápoles. Anhelaba ser cantante, pero su primer maestro lo desalentó.
 Le dijo que no podría cantar jamás, que no poseía buena voz, que tenía el sonido del viento en las persianas.
 Pero su madre, una campesina humilde, lo abrazó y ensalzó diciéndole que ella sabía que cantaba bien, que ya notaba sus progresos, 
y anduvo descalza mucho tiempo a fin de economizar el dinero necesario para las lecciones de música de su hijo.
 Los elogios de aquella campesina, sus palabras de aliento, cambiaron la vida entero de aquél niño. Quizás hayas oido hablar de él. 
Se llamaba Enrico Caruso. 
Fue el más famoso y el mejor cantante de ópera de su tiempo.
Escritor Norteamericano

miércoles, 1 de octubre de 2014

Video ¿ Cambiamos el chip y bailamos?The Jive Aces present: Bring Me Sunshine

¿ Cambiamos el chip y bailamos?; Si apagásemos el televisor, la radio, si dejásemos de leer los periódicos por un tiempo, seguro que nuestra vida seria diferente. Simplemente nuestra vida pasaría a ser solo la nuestra. Si dejásemos de escuchar las malas noticias, si nos importasen un bledo los mercados, si dejásemos de ser solo consumidores para ser solo seres humanos. Si en vez de escuchar las noticias escuchásemos música
 ¿ no seria todo un poquito mejor? Ver este video :