viernes, 22 de abril de 2011

“NO SE PUEDE MULTIPLICAR LA RIQUEZA DIVIDIÉNDOLA”- AUTOR: DR. ADRIAN ROGERS

 https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhWxrBYRk_eoBhbBFipJC4opDDzoBvnT5lKWSrMWc0wzs-GxV4Ejl_-4i1OHwl05GkekzYGabWg8YQ00nasMbH01XsHC5sCXejsykftI5NoO7tZ-iY4IqkLKDlMuD-cqiAZA0FOalTdmEw/s200/economia.jpg
 
“TODO LO QUE UNA PERSONA RECIBE SIN HABER TRABAJADO PARA OBTENERLO, OTRA PERSONA DEBERÁ HABER TRABAJADO PARA ELLO, PERO SIN RECIBIRLO..
EL GOBIERNO NO PUEDE ENTREGAR NADA A ALGUIEN, SI ANTES NO SE LO HA QUITADO A ALGUNA OTRA PERSONA.
CUANDO LA MITAD DE LAS PERSONAS LLEGAN A LA CONCLUSIÓN DE QUE ELLAS NO TIENEN QUE TRABAJAR PORQUE LA OTRA MITAD ESTÁ OBLIGADA A HACERSE CARGO DE ELLAS, Y CUANDO ESTA OTRA MITAD SE CONVENCE DE QUE NO VALE LA PENA TRABAJAR
PORQUE ALGUIEN LES QUITARÁ LO QUE HAN LOGRADO CON SU ESFUERZO, ESO… MI QUERIDO AMIGO…
…ES EL FIN DE CUALQUIER NACIÓN.
“NO SE PUEDE MULTIPLICAR LA RIQUEZA DIVIDIÉNDOLA”.
 
 AUTOR: 
 
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miércoles, 20 de abril de 2011

El árbol de los problemas


El árbol de los problemas

El carpintero que había contratado para ayudarme a reparar mi vieja granja, acababa de finalizar su primer día de trabajo muy duro. Su cortadora eléctrica se había dañado y le había hecho perder una hora de su trabajo y ahora su antiguo camión se negaba a arrancar.

Mientras lo llevaba a su casa, permaneció en silencio. Una vez que llegamos, me invitó a conocer a su familia.

Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol, tocando las puntas de las ramas con ambas manos.

Al entrar en su casa, ocurrió una sorprendente transformación. Su bronceada cara sonreía plenamente. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dio un beso a su esposa. Posteriormente me acompañó hasta el auto. Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunté acerca de lo visto cuando entramos. "ese es mi árbol de los problemas", contestó. "Sé que yo no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero hay algo que es seguro: los problemas no pertenecen a mi casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos. Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego. Luego a la mañana los recojo otra vez, Lo divertido es...-dijo sonriendo- que cuando salgo a la mañana a recogerlos, ni remotamente encuentro tantos como los que recuerdo haber dejado la noche anterior".

Si tiene solución, ¿para qué te vas a hacer problema?

Si no tiene solución, ¿para qué te vas a hacer problema?


(Autor Desconocido)

martes, 12 de abril de 2011

NINGÚN PIBE NACE CHORRO

Ningún pibe nace chorro  
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Artículo de monseñor Jorge Lozano, obispo de Gualeguaychú y miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Argentina (Diario Clarín, 2 de noviembre de 2010)


Cuando Ariel nació era una noche fría. Su mamá era pobre y no se había alimentado bien durante el embarazo. Fue el tercer parto “normal” para Daniela, que por ese entonces tenía 20 años.
Muy pronto a Ariel le pusieron por apodo “el Rulo” y sólo en la escuela (las maestras) sabían su nombre completo.
El papá de Rulo abandonó el hogar cuando él tenía apenas 6 meses. Daniela vivía en una casilla muy pobre. Pronto se vino con ella su hermana mayor con el novio y 4 hijos.
Los chicos más grandes acompañaban a cartonear para parar la olla. El hacinamiento generaba promiscuidad.
Varias veces el Rulo fue abusado sexualmente por el primo más grande. Cuando le contó a la mamá no le quiso creer. En realidad, ella sabía de varios casos de ésos en su familia, y a ella misma un tío la abusaba de chiquita. Pero no sabía de dónde sacar fuerzas para enfrentar esa situación.
Mezcla de impotencia, bronca y pánico.
El Rulo estaba cada vez más en la calle que en casa. No soportaba que el tío -o algo así- cada vez que se emborrachaba les pegara a los chicos, a su mamá, a su tía; o que las besara a las dos delante de todos.
A los doce años estaba en 4° grado por haber repetido varias veces. Y ya no quiso seguir más. Estaba cansado de las cargadas. En casa le gritaban “inútil”, y varias veces la mamá le reprochaba “¡para qué te habré parido!”.
Cuando le hablaban de “aspiraciones” en la vida él pensaba en la bolsita de pegamento.
Algo que deseaba mucho era tener un par de zapatillas nuevas, estrenadas por él. Una vez alguien donó 200 pares a la Capilla del barrio y allí pudo lograr su sueño. Estaba recontento con esas zapatillas. Le duraron menos de un mes. Una noche su hermanastro se las llevó mientras dormía y las cambió por algunas dosis de paco. Al Rulo le dio mucha bronca. Y el Rulo dijo ¡basta! Se juntó con los flacos de la placita. Varias veces le habían tirado onda para repartir algunos encargos especiales.
“Todo bien, todo legal”, le decían. A los pocos días se compró un par de zapatillas nuevas, pero esta vez no lo iban a apurar.
Un guardia de seguridad le consiguió una 38 por poca plata. Ahora sí había quedado “bien calzado” en los pies y en la cintura. Un abuelo vecino le decía: “Rulo, cuidate, tenés que amar la vida”. El Rulo le escupió algo que había escuchado: “yo no me enamoro de la vida porque estoy casado con la muerte”.
¿Qué es para Rulo amar la vida? ¿Cómo es respetar la vida? En la villa no hay campos o huertas donde cosechar drogas; las armas tampoco se fabrican allí: todo eso viene de afuera. Los narcotraficantes no son contratados por los vecinos como guardias de seguridad privada. Si ellos se instalan es porque la autoridad del Estado de Derecho claudica ante su poder económico o de fuego (léase corrupción o cobardía).
¿Qué significa niñez en riesgo, familia en riesgo, adolescentes en riesgo? ¿En riesgo de qué? De no ser. En riesgo -”al borde”- de no ser niño, de no ser familia. A él muchos ya le bajaron la edad de imputabilidad y lo declararon culpable de todo lo que le pasó. A los 15 años se le trata como culpable del “delito” de haber nacido en este lugar, de haber elegido alimentarse mal, ser abusado y todo lo que ya sabemos.
El Estado brilla por su ausencia. Si fuera un alumno diríamos “se quedó libre”.
En todo el país se repiten historias semejantes. Niños que son mal nutridos, tratados como esclavitos o dedicados a los prostíbulos. Son excluidos. ¿De qué? De la vida digna, de los derechos. Del trabajo, de la mesa, del aula, del consultorio, del baño, de la canilla, del pelotero, de la canchita, del descanso, del amor.
Nadie puso el grito en el cielo cuando esta violencia le pegó duro. Ante esta miseria es una bofetada que haya despilfarro y lujos obscenos. Funcionarios que estén sospechados de enriquecimiento ilícito. Es inmoral, inhumano, inmerecido, indigno, inicuo.
Si queremos más seguridad busquemos más familia, más comunidad, más escuela, más trabajo. Comprometámonos para erradicar de verdad el tráfico de drogas y de armas, la corrupción que lo favorece, el abuso infantil, la violencia doméstica.
Hace un tiempo leí una frase en una remera, una verdad: “ningún pibe nace chorro”. La historia de Ariel pudo ser otra.

Monseñor Jorge Lozano, obispo de Gualeguaychú

miércoles, 6 de abril de 2011

CAMBIE de AMIGOS, NO DE CELULAR...!!!

http://www.huasonic.com/wp-content/uploads/2008/03/225px-nokia_evolucion_tamano.jpg

Interesante artículo del New York Times, merecedor de una discusión: "Son motivo de vergüenza celulares sencillos?
El texto cuenta la experiencia de Chris Glionna, supervisor de restaurantes de una conocida compañía, con su viejo celular. 
Como el teléfono le daba el servicio necesario, no le preocupaba que estuviera fuera de moda. Pero... (siempre hay un pero) sus colegas lo molestaban y se burlaban cuando extraía su "pisapapeles" del maletín. 
Llegó a sentirse tan avergonzado que hace un par de meses lo cambió por un BlackBerry. 
Dice así el Dr. Alejandro Morton: 
La crisis  en el mundo se debe, entre otras cosas, a la inseguridad que las personas tienen en ellas mismas; su continua necesidad de comprar jamás será satisfecha porque esperan que la satisfacción personal venga de lo comprado, y jamás será así.
A nivel social no nos hemos dado cuenta de que ese impulso descontrolado por comprar es, en el fondo, la causa profunda de la crisis económica que ha cundido ya por todo el mundo, alimentada por un sistema financiero insaciable que facilitó recursos para que compraran quienes no tenían con qué.

Pocas cosas hay más tensionantes que tratar de mantenerse a la moda en ropa, calzado, accesorios, tecnología, viajes, comidas, restaurantes, casas, muebles, autos y todo lo añadible. 
Quien tiene dinero en exceso puede comprar, usar y desechar, pero quienes vivimos sujetos a un presupuesto, debemos cuidar qué compramos y entender por qué y para qué lo compramos.

En efecto, la presión social existe, pero debemos preguntarnos cuánto nos presiona y cuánto nos dejamos presionar?
 ¿Cuál es el problema de que se rían de nuestro celular viejo? La risa es buena y si no les gusta el celular, pueden bromear a costa de él y criticar el aparato, a su dueño o a ambos. El problema es de ellos, no del dueño del celular, a menos que éste lo acepte. 
Desafortunadamente hoy día uno se refiere a las personas por sus posesiones: "Es el tipo del convertible rojo" o "La señora que usa ropa de marca y tiene una casa enorme" o "Es el director que siempre anda a la moda". 
Es decir, su personalidad no emana de lo imprescindible, sino de lo prescindible. Lo primero no se compra en ningún lado; lo segundo en cualquiera, si se tiene los medios para hacerlo. 

Un amigo muy cercano es multimillonario, pero nosotros lo averiguamos por accidente tras años de conocerlo. Es sencillo, generoso, adaptable a todo y disfruta lo disfrutable. Jamás presume y nunca hace alarde de nada, porque tiene muy claro qué cosas son importantes en su vida. 
Las trampas de la presión social siempre han estado ahí. Caen en ellas quienes no se conocen a sí mismos y tienen una escala de valores centrada en lo social, y en su desarrollo han tenido carencias afectivas. 
El vacío personal no lo llena ni los placares repletos, ni los autos costosos, ni las joyas exclusivas, ni los accesorios de lujo. La satisfacción de los consumidores insaciables no viene de poseer las cosas, sino de presumirlas ante los demás.
¿Tiene usted un celular del que sus "amigos" se ríen cuando lo usa? 
Ríase con ellos y úselo hasta que guste.  
¿Le duelen las burlas? Entonces...

CAMBIE de AMIGOS, NO DE CELULAR...!!! 

(Desconosco el autor)